miércoles, 17 de junio de 2009

La ignorancia...Swami Tilak


Había una vez una rana que vivía en una pequeña charca. Nunca había salido de ella y pensaba que era la más grande, la mejor de todas las charcas.
Un día otra rana, mayor y sabia, que vivía en una charca enorme, llegó a esta pequeña charca.
La rana vanidosa que vivía en la pequeña charca no hacía más que vanagloriarse de lo afortunada que era por vivir en una charca tan grande, la mejor charca que pudiera existir.
La rana recién llegada, le escuchaba y sin ánimo de ofenderla y por el motivo de sacarle de su ignorancia, le quiso explicar que había charcas más grandes, y le explicó, además, la conveniencia de conocer otras charcas, y otras ranas!.
Pero la rana de la pequeña charca negaba la existencia de otras charcas más grandes, incluso se sentía molesta ante el atrevimiento de esta nueva rana y pensaba: “qué se cree esta? Viene a mi charca y me insulta diciendo que es pequeña!”
Pasaron los días, la rana vanidosa pensaba: y si es cierto? y le mostró a la rana sabia cierta inquietud e interés en conocer otras nuevas charcas; y, así, la rana sabia de la charca más grande se ofreció a llevarla para verlas, incluso, con el fin de ayudarle a salir de su ignorancia y para que ampliara su conocimiento sobre nuevas charcas, le llevaría sobre su lomo.
Por el camino, la rana vanidosa e ignorante se quejó en varias ocasiones que iba incómoda y que quién le mandaría salir de su maravillosa charca. Se encontraron diferentes obstáculos: escorpiones, cocodrilos, piedras, la noche, el frío, el hambre...ya que hasta que llegaran a una nueva charca, había un gran camino que recorrer. Antes de llegar, la rana, que había viajado sobre el lomo de la rana compasiva, se negó a continuar, e insultó a la rana sabia ya que le había hecho salir de su maravillosa charca y era su culpa que ahora se encontrara lejos de su hogar.
La rana sabia quiso explicarle que conocería más ranas, con quién podría convivir, y que podría seguir conociendo otras charcas cerca, y elegir dónde vivir; pero la vanidad de esta rana le impidió escuchar y abandonó sin llegar al final del camino dejando a la sabia rana, sola, ofendida e insultada. Y así, ocurre con los Maestros compasivos y generosos que, queriendo sacar a los alumnos de la ignorancia de su pequeño mundo les muestran el conocimiento y hay quienes, como la rana vanidosa, se muestran interesados en aprender hasta que dejan de estarlo, y
abandonan, culpando al maestro, por haberles querido ayudar a conocer algo mejor.
La ignorancia, dicen las Escrituras, es la mayor prisión. El conocimiento es el medio para liberarte de las rejas de la ignorancia.
El sabio es un hombre libre que libremente enseña a otro ser libre que libremente quiere aprender lo que es la libertad.
(Swami Tilak)

Este relato, de sabiduría, del maestro Swami Tilak nos llega gracias a Chaitali UpasaKi, gracias, por permitirnos publicarlo.

Después de leerlo, a mi lo que me queda, el elevar la petición, de que no seamos, impacientes, ignorantes ni desagradecidos, y permitámonos el llegar hasta el final de nuestros de pasos, cuando la vida nos premia, con una persona, a la que le quedan todavía ganas, amor y fuerzas para ayudarnos en nuestros camino de crecimiento personal, de aprendizaje de vida, de mejorar, no dejemos de andar a su lado, no perdamos una oportunidad magnífica, por orgullo, vanidad, por tener que llevar siempre razón, nadie dijo que el camino, fuera a ser fácil, solo que la gratificación valdría la pena, no la perdamos. (Un abrazo)

4 comentarios:

Adara dijo...

Un relato muy bonito y que enseña a la vez que hay que aprender y saber escuchar de los que saben...

saludossss !!

Anónimo dijo...

Es sabia solo la naturaleza e ignorantes todas las personas, unas un poco mas que otras, pero lo que si es natural del humano y dominan algunos de estos "sabios" es el arte del engaño, mucho cuidado pues hay muchas ranas que pactan con el mismisimo diablo a cambio de su propio gozo..

Anónimo dijo...

La historia és preciosa, pero recomienda a esta web que deberían de poner una imagen de fondo diferente, porque es difícil entender bien el texto con letras violeta encima.

Anónimo dijo...

Efectivamente, el camino no es nada facil, acechan los peligros y los fracasos, pero para eso tenemos al maestro, para que siga ayudandonos cuando nos hemos caido, para que nos ilumine el sendero y para que nos enseñe a descubrir el maestro interior que el ya descubrio.
A los buscadores espirituales les recomiendo que nunca desfallezcan en la busqueda de su sendero, que sigan luchando, que sigan con su maestro, si lo tienen y lo han encontrado ya, y si aun no lo han encontrado, que sigan trabajandose a si mismos, a lo largo de los años, sin esperar nada a cambio, pues las recompensas ya iran llegando por si solas, casi sin darnos cuenta. No seamos necios, como la rana de arriba, y dejemos de aprender, abandonando al maestro. Pienso que muchos de los que abandonan es porque se arredran ante las muchas dificultades del camino, y no saben tener la paciencia suficiente para apreciar lo mucho que van ganando mientras recorren el sendero.En la busqueda espiritual no hay senderos ni atajos, solo paciencia, humildad, perseverancia y honestidad.Entonces,Dios les ira recompensando a lo largo del camino con lo que El crea necesario para nosotros en ese momento.

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