sábado, 12 de septiembre de 2009

Cerrar etapas.


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.

Cerrando círculos, cerrando puertas, o cerrando capítulos. Llámalo como quieras, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminaste tu trabajo?
¿Se acabó una relación?
¿Ya no vivirás más en esa casa?
¿Debes irte de viaje?
¿Una amistad se acabó?

Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "recordando" los porqués en rebobinar la cinta y tratar de entender, por qué sucedió tal o cual hecho.

El Desgaste va a ser infito, porque en la vida, tu, yo, un amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos abocados, a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente, añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió sucedió, hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos, con quien no quiere estar vinculado con nosotros.

No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.

No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quien eres, abandona el resentimiento, el pensar y pensar lo mismo, lo único que consigues es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte. La vida es para ir adelante, nunca para atrás porque si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte y vivir el hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar"(¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puedes afrontarlos ya y ahora, házlo!, si no, déjalo estar, cierra capítulos. Di para ti mismo que no, que no vuelves.

Pero no por orgullo ni soberbia, si no porque no encajan allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto no hay nada a que volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tu serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

ES SALUD MENTAL, amor por ti mismo desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es imprescindible. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porqué cuando "llegaste" sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: ¡Nada ni nadie nos es imprescindible! Sólo es costumbre, apego y necesidad.

Pero... cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude suelta. Hay tantas palabras, para significar salud mental, y cualquiera que sea la que es escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡ESO ES LA VIDA!

Paulo Coelho.



2 comentarios:

Adara dijo...

Muy bonito...tenía que ser de Paulo Coelho, buff tiena toda la razón del mundo.

un saludoo!!

Anónimo dijo...

A veces extraño que en estas respuestas de blogspot, no haya cabida para gestos, aplausos, o cosas similares cuando deseamos expresar algo...
CUANTA VERDAD EN TU ENTRADA DE HOY
Una de las cosas mas difìciles de aceptar por parte de casi todos los seres humanos...es el dejar ir...decisiòn difìcil, porque aparentemente la zona de confort que propicia el soñar con imposibles (aunque intimamente ya sepamos que no hay remedio), crea una enorme dependencia...

Muy sabio el escritor

Un saludo cordial

Publicar un comentario