
“El marido, la esposa y el hijo formaban una familia que vivía en el interior de un bosque.
Un día, al atardecer, cuando estaba oscureciendo más y más, el niño entró y le dijo a su madre: “¡Mamá! ¡Mamá! ¡Allá vive un fantasma!”
Sin perturbarse, la madre pidió al niño que saliera de nuevo y obserara cuidadosamente lo que había isto que se acercaba.
_¡Mamá! ¡Mamá! Yo estaba equivocado. No es un fantasma, es un hombre.
_Hijo mío! Sal de nuevo y mira bien quién es él realmente.
Pronto volvió el niño para anunciar alegremente: “¡Mamá! ¡Mamá!....¡Es papá!”
La madre se dijo a sí misma: “Las cosas que tenemos y odiamos no son esencialmente distintas de aquellas que amamos y nos agradan. Pero desafortunadamente, la distancia y la oscuridad nublan nuestra visión y por eso no vemos las cosas como son”. (Swami Tilak)
(Swami Shankaratilakananda)
1 comentario:
Cuanta profundidad y verdad en esta reflexiòn que nos compartes...Saludos
Publicar un comentario